Poemas

martes, 27 de diciembre de 2011

Un cáliz color sinfonía





Destrizo cada momento el amor,

un sextante que marca mis fibras,
dualidad estival de acurrucos;
un cáliz color sinfonía.
Tiene sabor a milagro;
la aparente infinitud de un océano,
el poder inquisodor del Olimpo,
la supremacía de un objetivo apasionado.
Errátiles sueños, cálidos paisajes
himno al amor en mi tálamo,
meneo de bouquets salvajes;
roces al viento, labios incendiados.
Son alcores ¡Oh si, son de alcores!
Los recoldos aulladores
que tiritan mis palabras,
y sus flamas que se avivan
nos encienden a distancia.
Fuego hechicero del alma,
el sabor celestial de tu hado,
lumbre y estrellas mieladas;
al amparo de mis ojos
un par de pupilas esclavas.
Fronda pasión, bocas convulsas,
fragua la luna su abrasado nocturno;
soy la brisa que vibra en tu imagen
el rocío sereno en tus culpas
una nube que intenta ser ángel;
vestal soñadora en tu funda.
Eres el astro que rota distante,
una elipse que circunda mi vida,
tempestad bajo aguas profundas;
amante, con delirios de lluvia.


Elen Lackner



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